sábado, 22 de octubre de 2022

Fantasía de cuckquean

gata llegó a la dirección que su Amo le había dicho, la curiosidad podía con ella, no tenía ni idea de lo que iba a pasar y eso la excitaba de mala manera, en su fantasía tendría que hacer y aguantar lo que su Amo decidiese, quisiese o no. En la realidad tenía plena confianza en él, pero le molaba mantener en su cabeza esa fantasía de no elección.

Llamó al piso, subió y, como le habían dicho, la puerta estaba entreabierta. Entró, no vio a nadie en el pasillo ni escuchó ningún ruido, siguió las instrucciones que le habían dado, dejó la bolsa con los juguetes que le habían sido requeridos, se desnudó, salvo las bragas (que Amo le mandase llevar bragas nunca vaticinaba nada bueno) se puso el antifaz y esperó de pie, con los brazos cruzados a la espalda y las piernas abiertas.

Escuchó pasos por el pasillo, no eran los de Amo a no ser que se le hubiese dado por ponerse tacones.

Alguien que olía muy bien se paró a su lado y empezó a acariciar sus pechos y a arañarlos con lo que evidentemente eran unas manos y unas uñas femeninas.

Escuchó otros pasos, esta vez si eran los de su Amo.

  • Buenos días, puta
  • Buenos días, Amo
  • Hoy vas a saber lo que es una mujer de verdad, no una puta barata como tú.

La humillación recorrió el cuerpo de gata, pero también una excitación como nunca había sentido.

La mujer movida probablemente por una especie de solidaridad femenina besó a gata con pasión, hacía eones que gata no tenía una experiencia con otra mujer, coño empezó a animarse.

Su Amo cogió sus muñecas y se las ató a la espalda bruscamente, mientras, ella, suavemente le quitaba las bragas y le daba una pequeña lambetada en el clítoris (poli buena, poli malo)

La llevaron a una habitación y la sentaron en una silla, y empezaron a atarla a ella, rodeando sus tetas con cuerda, hasta que quedaron hinchadas, no tardarían en amoratarse, pusieron unas pinzas en sus pezones que siempre habían sido muy sensibles pero que desde que llevaba los piercings lo eran aún más, también pinzaron su coño, húmedo, deseoso de atención y empezaron a intercambiar, ella supuso que entre ambos, latigazos con el flogger y el látigo, a veces, su Amo, que ella sabía perfectamente que era el del flogger, conocía perfectamente sus golpes rotundos, cogía la vara, sabía que iba a estar llena de marcas.

Cuando el dolor le hizo quejarse, su Amo le metió las bragas en la boca y se las sujetó con cinta americana. 

Le quitaron el antifaz. Guau, Amo tenía razón, la mujer que le acompañaba le parecía  espectacular.

Ella sabía que llegado ese momento su aspecto debía ser horrible, sentada, con sus michelines golpeados, sudada, babada, con el rimmel corrido, nada comparable con esa preciosa mujer que besaba apasionadamente a su Amo en los descansos de golpearla.

gata ya estaba totalmente sumida en su mood sumiso. Solo pensaba que su Amo se merecía una mujer que le complaciese más que ella.

Su Dueño hizo una señal a la mujer para que parase, gata no tenía un cm de su cuerpo que no estuviese pegado a la silla sin marcas de golpes, moqueaba y lloraba y sus babas resbalaban por su dolorido escote.

Su Amo se agachó y le preguntó al oído si se encontraba bien, ella asintió, el la besó la mejilla. La conocía bien y sabía que había llegado a ese punto donde aguantaría lo que fuese, así que era él el que tenía que parar la tortura, menos mal que uno de los dos no era rubio, bueno la tortura física, porque ahora venía la gran prueba para gata.

Amo empezó a desnudar a la mujer, se besaban con pasión, ella también le desnudaba a él, se agachó, le sacó la polla y empezó a engullirla si el más mínimo síntoma de arcada, a gata eso ya no le estaba gustando tanto, por mucho que ella practicase siempre acababa en arcadas, él la tumbó en la cama y empezaron a follar con pasión pero sin dominancia, tan pronto dirigía él como ella, gata perdió la noción del tiempo en la que estuvieron follando ignorándola, hasta que su Amo penetrando a la mujer se corrió al mismo tiempo que ella, un orgasmo largo, acompasado y sin permisos por medio, los gemidos de ambos rasgaban más las carnes de gata que los cientos de golpes que había recibido.

Después de descansar un rato en la cama abrazados, aparentando que gata no existiese, la miraron, Amo se levantó con la tranquilidad que le caracterizaba, se acercó a ella le quitó la mordaza y le acercó la polla a la boca, pero no lo suficiente para que, atada como estaba, pudiese alcanzarla.

Le hizo una seña a la mujer, que se levantó y le puso el coño, esta vez sí a su alcance, delante de la cara.

La voz de su Amo la sacò del ensueño en el que se encontraba:

  • Límpiale bien zorra, porque eso es único que vas a catar de tu Amo hoy.

gata lamió con avidez el coño de la hermosa mujer que sabía a su Amo, con tanta avidez que la mujer se corrió en su boca, se agachó la besó y le dijo que había sido una gata muy buena y obediente, cogió su ropa y se fue.

Amo la desató, con cuidado y le preguntó como estaba, gata estaba agradecida, su Amo una vez más había hecho posible una de sus oscuras fantasías, ella siempre salía ganando, encima para recompensarla, hizo que se arrodillase y la metió la polla en la boca, no iba a darse un paseo al baño teniendo ahí a su bonito orinal, al final gata si que iba a catar algo de su Amo, ahí arrodillada, no desperdiciando una gota de lo que su Amo le ofrecía, dolorida, frustrada, usada, humillada, gata era feliz.

No se podía ser más poderosa sintiéndose tan insignificante.