domingo, 14 de marzo de 2021

YO TENGO EL PODER

 

YO TENGO EL PODER

 

 

El camino de las relaciones BDSM es largo, uno no acepta la relación Amo-sumisa, y ya está todo hecho (y hablo en estos términos de géneros porque hablo de mis vivencias, no estoy escribiendo un tratado científico).

Hay que ir evolucionando y aprendiendo el uno del otro, retroalimentándose, el feedback que le gusta tanto a mi Amo.

Nosotros, en los pocos meses que llevamos de andadura, vamos descubriéndonos y amoldándonos.

Yo no estoy de acuerdo en  que hay que educar a la sumisa, yo ya vengo educada, pero desde luego si que creo que tiene que haber una doma o entrenamiento.

En nuestra relación hemos ido pasando distintas fases de entrenamiento y durante este tiempo mi Amo descubrió que tengo un grado de masoquismo más alto de lo que parecía.

El dolor para mi es importante, me relaja, me alinea, me evade de mis preocupaciones. Mientras mi Amo Implacable está golpeando mi cuerpo con su cálida mano o con cualquiera de nuestros instrumentos, no existe nada a mi alrededor, solo ÉL y  yo, pero no es dolor por si mismo lo que me libera, es el dolor que me regala la persona a la que voluntariamente me someto. No me vale cualquier dolor, no soy solo masoquista, no podría serlo.

A veces leo a otras sumisas o a otros sumisos contar que les han hecho un análisis médico y han disfrutado con las agujas, incluso he leído alguna vez a chicas, decir que el dolor de ciertas pruebas las excita. A mi no. Yo, aunque tengo una tolerancia alta al dolor, si me doy el típico golpe con la mesa, me duele y me quejo y no me gusta. Yo no disfruto del dolor fuera del sometimiento. Tampoco me mola eso de ir a un evento sin Amo y que me canee cualquiera, eso no me pone, si mi Amo me manda que me deje azotar por otra persona sí, pero ir yo sin Amo y que me azoten, lo probé una vez y me dejó indiferente. Como le dije una vez a mi Amo, si irremediablemente tuviese que elegir entre masoquismo sin sometimiento o sometimiento sin dolor, me quedaría indudablemente con el sometimiento a secas. Soy sumisa antes que masoca, sin duda.

Por suerte no tengo que elegir, así que puedo disfrutar de los dos.

Y en esta fase en la que estábamos de mi doma, mi Amo Curioso quería saber cuáles eran mis límites de dolor.

Lo primero que os voy a decir que desde la primera vez que mi Amo Cuidadoso y yo quedamos, el insistió en dos palabras de seguridad, una que bajaría el ritmo de la sesión y otra que la pararía o, cambiaría de zona de castigo dependiendo de lo que estuviésemos haciendo. Eso fue la primera vez y ahora las seguimos usando, a pesar de esas tendencias del metaconsenso y de que si dos personas se conocen y confían no hace falta, Él siempre insiste y es lo primero que me recuerda. Evidentemente que los dos tenemos el suficiente sentido común e inteligencia, para que si yo un día le dijese “qué pares coño” el pararía, pero la verdad es que perdería todo el glamour bedesemero.

Así que los días previos a nuestro encuentro ya estuvimos trasteando y tocando mis puntos de dolor. Además las ordeñadoras y el entrenamiento con ellas mañana y tarde, han conseguido que mis pezones estén especialmente sensibles 24/7.

Así que llegado el día, la sesión fue especialmente dura, la cuestión, pactada entre ambos, era saber hasta donde podía llegar mi aguante.

Si hay algo que me gusta es que mi cuerpo sea un lienzo en manos de mi Amo Artista y que empiece a dibujarse, primero con rojos intensos que con el tiempo cambian a amarillos  y morados. Y que durante los días posteriores sienta ese dolor placentero al moverme, vestirme e incluso ducharme.

Y esta vez las marcas han sido muchas y por todo el cuerpo, en unos días no me podré poner escotes ni mangas sisas y el dolor del pecho ha sido más intenso de lo que recordaba haber sentido antes, cuando mi Amo se interesó por mi estado, se lo dije y entró en un bucle de preocupación, que he de reconocer que me gustó mucho, aunque es normal que un Amo se preocupe por el bienestar de su sumisa, pero era totalmente un dolor pactado que yo había aceptado y disfrutado, porque ese dolor que sentía, especialmente en los pezones que parecía que querían salir disparados, lo había elegido yo y me gusta sentirlo y me hace sentir más cerca a mi Amo y me hace sentirme más suya.

Además es que, como le dije, yo tuve el poder durante todo el tiempo de modelar la intensidad de la sesión y de cambiarla y pararla, y ese poder me lo  dio mi Amo Tranquilo, que sabe perfectamente como usar a su esclava, como darme lo que necesito, como hacerme suya sin grandes aspavientos, ni números de Amo supremo, ni promesas vacías.

Mi Amo Grayskull me dio el poder de hasta donde llegar y me dejó llegar a ese lugar que tanto me gusta en el que lo único que quiero es hacer lo que Él quiera, no decidir, no pensar, no elegir. Y encima pude cocinar para ÉL. Yo siempre salgo ganando (salvo en lo de la cocina que ahí salió ganando él,😂😂😂).

De ahí salió la broma de que su vaquita viciosa era como He-man, tenía el poder, y que el siguiente día le iba a recibir con mi camiseta friki de He-man, que os aseguro que está totalmente fuera de la gama de vestimenta que quiere que me ponga cuando nos vemos. Pero bueno siempre puedo arriesgarme y así tener a mi Amo Punisher, que también me gusta mucho.

Y una vez echado este rollo, personas sumisas del mundo, que nadie os haga pensar que no tenéis ni voz ni voto y que por mucho que hayáis pactado o metaconsensuado un “para coño” es  un “para coño” y que el uso de la palabra de seguridad no es un fallo, de ninguno de los dos, que también leo a veces a personas sumisas culpándose y diciendo que han fallado a sus Amos/Amas porque la han usado. 

El camino de la sumisión será duro, largo esto y lo otro que os gusta tanto decir, que algunas personas sumisas parece que vivís en una tenebrosa novela gótica, pero lo que tiene que ser, sin lugar a dudas es diversión, plenitud, felicidad porque incluso los sacrificios que podamos hacer los hacemos porque en nuestra esencia sumisa ese tipo de sacrificios nos da satisfacción y placer. La vida normativa ya nos da bastante sufrimiento extra.

 Y ahora no me queda más que dar las gracias a mi Amo Oscuro por estar ahí y dedicar su valioso tiempo en entrenarme y domarme.

                        ¡Por el poder de Grayskull! ¡Yo tengo el poder!😉




2 comentarios:

  1. El pecho se me abre de la risa y las carcajadas se derraman a borbotones.

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  2. Excepcional. Un alegato que mucha gente tendría que leer. Lo comparto, muchísimas gracias.

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